jueves, 4 de octubre de 2007

DE NUEVO VICENTE

Esta semana he tenido la suerte de escuchar recitar a Ana Pelegrín.

Ana Pelegrín es, en estos momentos, una de las mayores expertas en poética infantil y en el mundo del juego infantil. En sus inicios hizo teatro y protagonizó recitales poéticos por todo el mundo. Luego ha seguido profundizando en el tema y lo ha llevado a la escuela con propuestas de dramatización y corporeización de los poemas. Fue una de las fundadoras de Acción Educativa (movimiento de renovación pedagógica con sede en Madrid). Más tarde llevó el mundo del teatro a la educación del cuerpo y estuvo trabajando en el INEF (Instituto Nacional de Educación Física) enseñando a los estudiantes otra forma de entender la educación física.
Escribió dos libros importantísimos para los maestros preocupados por una educación global: La aventura de oír (profundizando en la importancia del cuento en las primeras edades); y Cada cual atienda su juego (una compilación de juegos clasificados, incluyendo el teatro y la recitación entre ellos).

Pues bien, ella me volvió a traer a Vicente Huidobro. Y, aunque no he encontrado exactamente el mismo texto que ella recita, he querido poneros este.



LA POESÍA ES UN ATENTADO CELESTE


Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la espera de mí mismo
Y esta espera es otro modo de presencia
La espera de mi retorno
Yo estoy en otros objetos
Ando en viaje dando un poco de mi vida
A ciertos árboles y a ciertas piedras
Que me han esperado muchos años

Se cansaron de esperarme y se sentaron

Yo no estoy y estoy
Estoy ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo querría el de ellos para expresarlos
He aquí el equívoco el atroz equívoco

Angustioso lamentable
Me voy adentrando en estas plantas
Voy dejando mis ropas
Se me van cayendo las carnes
Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me estoy haciendo árbol
Cuántas cosas me he ido convirtiendo en otras cosas...

Es doloroso y lleno de ternura

Podría dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay que guardar silencio Esperar en silencio

De Últimos poemas, 1948

No hay comentarios: