Estimados clientes,
He salido un momento a pedir la mano de Rosaura, la hija del sastre. Llevo demasiado tiempo solo.
Si acepta, huiremos juntos de la ciudad, nos casaremos en la primera iglesia que encontremos en el camino, y tendremos dos hijos. Al mayor lo llamaremos Anselmo, por mi abuelo.
De lo contrario, volveré en cinco minutos.
Gracias y disculpen las molestias.
(tomado del blog CUENTOS MÍNIMOS. LA BITÁCORA DE IDGIE W. McGREGOR)
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