lunes, 13 de abril de 2009

LA VOZ DEL POETA RECIÉN CASADO

Juan Ramón Jiménez tenía 35 años y estaba enamorado. Zenobia Camprubí, su enamorada, estaba en Nueva York, y allí se fue el poeta de Palos de Moguer, para casarse. Entonces el amor se resolvía así, como siempre.

Luego vivieron juntos toda la vida, en medio de vicisitudes que incluyeron el exilio, pero aquel viaje (y aquel enamoramiento) dio de sí un libro capital en la poesía amorosa española, Diario de un poeta recién casado, en cuyo frontispicio el que sería premio Nobel escribió: "En este álbum de poeta copié, en leves notas, unas veces con color sólo, otras sólo con pensamiento, otras con luz sola, siempre frenético de emoción, las islas que la entraña prima y una del mundo del instante subía a mi alma, alma de viajero, atada al centro de lo único por un hilo elástico de gracia; pobre alma rica, que, yendo a lo suyo, se figuraba que iba a otra cosa... o al revés, ¡ay!, si queréis".

"Ni más nuevo, al ir, ni más lejos; más hondo". El poeta de lo hondo buscaba ahí la voz solitaria con otra voz, y ha hallado, 83 años después, una nueva voz, la que le da su paisano José Luis Gómez, actor. A Gómez, que es también de Huelva, le propuso José García Velasco, entonces presidente de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones del Ministerio de Cultura, que recitara esos versos, y contestó "sin dudar que sí". Había desechado otros proyectos de lectura, para audiolibros, pero esta vez no tuvo dudas, "si era para leer Diario de un poeta recién casado". Y había un motivo: era un libro que acompañó al actor en su adolescencia; pero la memoria no podía devolver la hondura y dificultad que encierra el libro. Dice José Luis Gómez: "Al tomar de nuevo el libro en mis manos me percaté de lo poco consciente que era de su complejidad y riqueza".

Lo había leído muy temprano, "en tierras del Sur, allá por mis diecisiete años; y no había vuelto a él sino con lecturas esporádicas de poemas aislados, muy separadas entre sí por el tiempo. Pero la huella de la primera lectura lejana, pese a ser desdibujada e imprecisa, poseía una latencia extraordinaria".

Dice Luis Muñoz, que ha hecho la selección de poemas para el proyecto que ha dirigido Gómez, que Diario de un poeta recién casado "es un libro inundado por la felicidad del amor correspondido, una situación que era nueva para Juan Ramón Jiménez en el momento de ponerse a escribirlo". Es el descubrimiento de la felicidad, y eso es hondo; pero hay un proceso administrativo, ritual y contingente: "Lo que se produjo en la vida de Juan Ramón Jiménez antes, durante y después de su viaje, el primero, por cierto, que hizo en barco", cuenta Muñoz, "fue la culminación de su relación con Zenobia Camprubí, a quien había conocido tres años antes y a la que a pesar de los muchos rechazos que obtuvo de ella, terminó felizmente conquistando".

Fue un encuentro cuyos adjetivos, dice Muñoz, darían para construir una novela rosa: "Percepción psicológica, entrega absoluta y apasionada, capacidad sobrada para pedir perdón, paciencia, impaciencia y, además, talento para convencer, pese a las resistencias iniciales, a la madre de ella".

Y está la voz, en esta edición, la voz de José Luis Gómez. "Muchos nos preguntamos", dice el actor, "acerca de la manera adecuada de leer poesía a viva voz, para otra persona. Aparte de la imprescindible sencillez, parece cuestión importante la necesidad, o no, de revelar y respetar su estructura y forma, el modo en que las imágenes puedan, o no, ser elocuentes sólo a través de la voz humana, hasta dónde es posible, y lícito, privilegiar la vivencia del poema y con qué medios se puede tornar vívida esa condensación artística de lo vivido que es el poema".

Leer es una obra de arte. "Hablaba María Zambrano de 'la palabra entrañada' en la poesía", recoge Gómez, "y los maestros de mi oficio dicen que ésta debe ser emitida no desde el 'músculo de la lengua' sino desde el corazón". Desde esa clave hizo Gómez "este viaje sonoro" de su voz a lo hondo de la poesía del autor recién casado, y entonces tan feliz que escribió esto:

"Sencillez pura,

fuente del prado tierno de mi alma,

olor del jardín grato de mi alma,

canción del mar tranquilo de mi alma,

luz del día sereno de mi alma".

Juan Ramón recién casado, descubriendo el viaje hacia "lo único por un hilo elástico de gracia".

(tomado de EL PAÍS. Madrid, 10 de abril de 2009)

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