Podría ser mañana todavía,
o haber muerto esta tarde como siempre.
Entonces te hablaría desde el sitio
donde yacen mis otros sin palabras.
Con ojos esfenoides te hablaría
como se miran ellos a las cuencas:
con carpianos y dientes, con maxilas,
susurrando rechinos contra el yunque.
Podría ser ahora y seguir muerto.
Entonces te hablaría como se hablan
los sólidos miscibles en la noche.
Con la lluvia y la carne. Como ellos.
Como ellos en la espuma, con los labios.
Con palabras y lenguas te diría…
Román Porras
1 comentario:
Jesús, no te pongas así. Ya sabes que yo te dedico lo que haga falta :))... Un abrazo
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