sábado, 24 de abril de 2010

EN EL FUTURO, MADRE

En el futuro
Madre
yo estaré en el medio de la mar
como si no me esperaran
todos los peces invisibles y mudos
por debajo de olas y corrientes.

Yo nadaré desnudo una vez más
con tu rostro marcándome las brazas
con tus menores gestos y demás.
Yo estoy
            madre
mirándome en ti misma.

Este nadar en ti ya lo sabía
pero repito tanto y tanto gesto
en las más submarinas y espasmódicas
tormentas del venir y del viniendo.

Yo tiro de esta soga y tú
la guardas
en tu mano más suave de palmera
de colihue
de sauce
de junquillo.

Nado
madre
en la nada
nado y
nada.

Omar Lara
(tomado de la antología de poesía hispanoamericana
"La Piel del Jaguar", editado por Vandalia)

domingo, 18 de abril de 2010

LA MAÑANA DEL DESAHUCIO

Las aves rapaces sonreían
_________________ ante los escaparates.
Se reflejaban sus dientes en los ojos de los portales.
Caía su saliva sobre charcos de asfalto empobrecido.
Los hijos de la pena
se abrochaban los insultos bajo el pantalón.
Los edificios dejaron de sudar.
Se cosieron bombas alrededor de sus cimientos.
Los abedules de la avenida cerraron sus persianas
ante el espanto de un nuevo día.
Tropezaban las margaritas en el proscenio
al saludar a la ovación monstruosa.
Y el conserje del dolor
mantuvo siempre la misma pregunta.
La pregunta que atormenta.
La pregunta que sofoca el fuego de la vida.
La pregunta que va derribando,
uno a uno, los pilares de la espera.


Todo esto pasó
la mañana del desahucio.

Jesús Ge

jueves, 8 de abril de 2010

ANTIHAIKU




finge la niña

que disfruta del juego

jadea el cura



Jesús Ge

(como ya dije en otra ocasión,
desgraciadamente,
siempre en vigencia)

martes, 6 de abril de 2010

a Mar Benegas

la espalda del mar
nunca duerme
siempre alerta
a los últimos vaivenes
de los bañistas
se repliegan las orillas
sobre la arena última

amanece

Jesús Ge

domingo, 4 de abril de 2010

ÚLTIMO de Francisco Pino



ÚLTIMO

verdadero poeta
es aquel que no ha estado vivo nunca,
pero ha vivido siempre, sin ser parido, ahogado.
y sonríe.

verdadero poeta
es aquel que fracaso tras fracaso
contempla y ve su cara lodo en fango.
y sonríe.

verdadero poeta
es aquel que confía lo que ama al polvo y, calmo,
ve cómo el viento borra lo que ha amado.
y sonríe.

verdadero poeta
es aquel que, serpiente, de trecho en trecho alza,
endereza su cuerpo y, fascinado,
mira, y sonríe. (pero

con el dolor de no saber jamás
por qué se alzó y sus ojos qué miraron.
mas volverá a imprimir su amor en polvo,
sin alas y sin pies cual fue creado).

pasa, rama mental jamás con fruto.


Francisco Pino
La salida” (1974)

Este poema forma parte de "Calamidad hermosa", la antología poética sobre Francisco Pino que ha editado la editorial Cálamo Poesía con motivo del centenario de su nacimiento.

viernes, 2 de abril de 2010

VERSO. Definición de la RAE

verso.


(del latín versus)

1. m. Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo a cadencia. Úsase también en sentido colectivo, por contraposición a prosa. Comedia en verso.

2. m. Versículo de las Sagradas Escrituras.

3. m. coloq. Composición en verso. U. m. en pl.


~ acataléctico.

1. m. verso griego o latino que tiene cabales todos sus pies.


~ adónico.

1. m. verso de la poesía griega y latina, que consta de un dáctilo y un espondeo, y se usa generalmente en combinación con los sáficos, de tres de los cuales va precedido en cada una de las estrofas de que forma parte.

2. m. verso de la poesía española, que consta de cinco sílabas, la primera y la cuarta largas, y breves las demás, y tiene el mismo empleo que el adónico antiguo.


~ agudo.

1. m. El que termina en palabra aguda.


~ alcaico.

1. m. verso de la poesía griega y latina, que se compone de un espondeo, o a veces de un yambo, de otro yambo, de una cesura y de los dáctilos. Otro verso del mismo nombre consta de dos dáctilos y dos troqueos.


~ alejandrino.

1. m. El de catorce sílabas, dividido en dos hemistiquios.


~ amebeo.

1. m. Cada uno de los de igual clase, con que hablan o cantan a competencia y alternativamente los pastores que se introducen en algunas églogas, como en la tercera de Virgilio.


~ amétrico.

1. m. El que no se sujeta a una medida fija de sílabas.


~ anapéstico.

1. m. En la poesía griega y latina, verso compuesto de anapestos o análogos.


~ asclepiadeo.

1. m. verso de la poesía griega y latina, que se compone de un espondeo, dos coriambos y un pirriquio. Se mide también contando un espondeo, un dáctilo, una cesura y otros dos dáctilos.


~ asclepiadeo mayor.

1. m. El asclepiadeo que acaba con dos dáctilos y consta además de un espondeo y dos coriambos, o sea de un espondeo, un dáctilo, otro espondeo y un anapesto.


~ asclepiadeo menor.

1. m. verso asclepiadeo.


~ blanco.

1. m. verso suelto.


~ cataléctico.

1. m. verso de la poesía griega y latina, al que le falta una sílaba al fin, o en el cual es imperfecto alguno de los pies.


~ coriámbico.

1. m. El que consta de coriambos.


~ dactílico.

1. m. El que consta de dáctilos.


~ de arte mayor.

1. m. El de doce sílabas, que consta de dos hemistiquios.

2. m. El que tiene más de ocho sílabas.


~ de arte mayor castellano.

1. m. El de arte mayor, normalmente dodecasílabo, con dos hemistiquios, en cada uno de los cuales se da la combinación de dos sílabas átonas entre otras dos tónicas.


~ de arte menor.

1. m. El de redondilla mayor o menor.

2. m. El que no pasa de ocho sílabas.


~ de cabo roto.

1. m. El que tiene suprimida o cortada la sílaba o sílabas que siguen a la última acentuada.


~ de redondilla mayor.

1. m. El de ocho sílabas u octosílabo.


~ de redondilla menor.

1. m. El de seis sílabas o hexasílabo.


~ ecoico.

1. m. El latino cuyas dos últimas sílabas son iguales.

2. m. El que se emplea en el eco (‖ composición poética).


~ esdrújulo.

1. m. El que finaliza en voz esdrújula.


~ espondaico.

1. m. verso hexámetro que tiene espondeos en determinados lugares.


~ falecio, ~ faleucio, o ~ faleuco.

1. m. En la poesía griega y latina, verso endecasílabo que se compone de cinco pies. El primero espondeo, el segundo dáctilo, y troqueos los demás.


~ ferecracio.

1. m. En la poesía griega y latina, verso compuesto de tres pies, espondeos el primero y tercero, y dáctilo el segundo.


~ gliconio.

1. m. En la poesía griega y latina, verso compuesto de tres pies, un espondeo y dos dáctilos. El primero es también a veces yambo o coreo.


~ heroico.

1. m. El que en cada idioma se tiene por más a propósito para ser empleado en la poesía de esta clase; p. ej., en la lengua latina el hexámetro y en la española el endecasílabo.


~ hexámetro.

1. m. En la poesía griega y latina, verso que consta de seis pies, cada uno de los cuatro primeros espondeo, o dáctilo, dáctilo el quinto, y el sexto espondeo.


~ hiante.

1. m. Aquel en que hay hiatos.


~ leonino.

1. m. verso latino usado en la Edad Media, cuyas sílabas finales forman consonancia con las últimas de su primer hemistiquio.

2. m. verso castellano con rima interior.


~ libre.

1. m. verso suelto.

2. m. El que no está sujeto a rima ni a metro fijo y determinado.


~ llano.

1. m. El que termina en palabra llana o grave.


~ oxítono.

1. m. verso agudo.


~ paroxítono.

1. m. verso llano.


~ pentámetro.

1. m. En la poesía griega y latina, verso compuesto de un dáctilo o un espondeo, de otro dáctilo u otro espondeo, de una cesura, de dos dáctilos y de otra cesura. Se mide también contando después de los dos primeros pies un espondeo y dos anapestos.


~ proparoxítono.

1. m. verso esdrújulo.


~ quebrado.

1. m. El de cuatro sílabas cuando alterna con otros más largos.


~ ropálico.

1. m. En la poesía griega, verso en que cada palabra tiene una sílaba más que la precedente.


~ sáfico.

1. m. En la poesía griega y latina, verso compuesto de once sílabas distribuidas en cinco pies, de los cuales son, por regla general, troqueos el primero y los dos últimos, espondeo el segundo, y dáctilo el tercero.

2. m. En la poesía española, verso que consta de once sílabas, como el griego y latino, y cuyos acentos métricos estriban en la cuarta y la octava. Es más cadencioso y tiene mayor semejanza con el sáfico antiguo cuando su primera sílaba es larga.


~ senario.

1. m. El que consta de seis pies, y especialmente el yámbico de esta medida.


~s fesceninos.

1. m. pl. versos satíricos y obscenos inventados en la ciudad de Fescenio y que solían cantarse en la antigua Roma.


~s pareados.

1. m. pl. Los dos versos que van unidos y aconsonantados, como los dos últimos de la octava.


~ suelto.

1. m. El que no forma con otro rima perfecta ni imperfecta.


~ trímetro.

1. m. En la poesía latina, verso compuesto de tres pies, y también el compuesto de tres dipodias, o sea de seis pies, como el trímetro yámbico o senario.


~ trocaico.

1. m. En la poesía latina, verso que consta de siete pies, de los cuales los unos son troqueos y los demás espondeos o yambos, al arbitrio.


~ yámbico.

1. m. En la poesía griega y latina, verso en que entran yambos, o que se compone exclusivamente de ellos.


correr el ~.

1. loc. verb. Tener fluidez, sonar bien al oído.

2 de abril. DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO INFANTIL

Se aprende a jugar antes que a leer. Y a cantar. Los niños de mi tierra entonábamos esta canción cuando aún ninguno sabíamos leer. Nos juntábamos en corro en la calle y, disputándonos las voces con los grillos del verano, cantábamos una y otra vez la impotencia del barquito que no sabía navegar.

A veces fabricábamos barquitos de papel y los poníamos en los charcos y los barquitos se hundían sin conseguir alcanzar ninguna costa.

Yo también era un barco pequeño fondeado en las calles de mi barrio. Pasaba las tardes en una azotea mirando ocultarse el sol por el poniente, y barruntaba a lo lejos –no sabía aún si a lo lejos del espacio o a lo lejos del corazón– un mundo maravilloso que se extendía más allá de donde alcanzaba mi vista.

Detrás de unas cajas, en un armario de mi casa, también había un libro chiquito que no podía navegar porque nadie lo leía. Cuántas veces pasé por su vera sin darme cuenta de su existencia. El barco de papel, atascado en el barro; el libro solitario, oculto en el estante tras las cajas de cartón.

Un día, mi mano, buscando algo, tocó el lomo del libro. Si yo fuese libro lo contaría así: “Un día la mano de un niño rozó mi cubierta y yo sentí que desplegaba mis velas y comenzaba a navegar.”
¡Qué sorpresa cuando por fín mis ojos tuvieron enfrente aquel objeto! Era un pequeño libro de pastas rojas y filigranas doradas. Lo abrí expectante como quien encuentra un cofre y ansía saber su contenido. Y no fue para menos. Nada más empezar a leer comprendí que la aventura estaba servida: la valentía del protagonista, los personajes bondadosos, los malvados, las ilustraciones con frases a pie de página que miraba una y otra vez, el peligro, las sorpresas…, todo, me transportó a un mundo apasionante y desconocido.

De esa manera descubrí que más allá de mi casa había un río, y que tras el río había un mar y que en el mar, esperando zarpar, había un barco. El primero al que subí se llamaba La Hispaniola, pero lo mismo hubiese dado que se llamase Nautilus, Rocinante, la nave de Simbad, la barcaza de Huckelberry…; todos ellos, por más que pase el tiempo, estarán siempre a la espera de que los ojos de un niño desplieguen sus velas y lo hagan zarpar.

Así que…no esperes más, alarga tu mano, toma un libro, ábrelo, lee: descubrirás, igual que en la canción de mi infancia, que no hay barco, por pequeño que sea, que en poco tiempo no aprenda a navegar.

ELIACER CANSINO

jueves, 1 de abril de 2010

CHE de Julio Cortázar

Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

JULIO CORTÁZAR
(octubre de 1967)

Poema en audio: Yo tuve un hermano de Julio Cortázar por Julio Cortázar