cuando llegaron los primeros truenos.
Su madre se acercó para arroparla:
ya no eres una niña pequeña,
no deberías tener miedo,
es sólo el cielo, amor,
la lluvia, la tormenta.
Y ya no pudo decir más.
Su mano firme también temblaba.
JOSÉ MARÍA GÓMEZ VALERO
"Travesía encendida". Ed. Vitruvio
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