Tras asistir a la ejecución de las alondras has descendido aún hasta encontrar tu rostro dividido entre el agua y la profundidad.
Te has inclinado sobre tu propia belleza y con tus dedos ágiles acaricias la piel de la mentira:
ah tempestad de oro en tus oídos, mástiles en tu alma, profecías...
Mas las hormigas se dirigen hacia tus llagas y allí procrean sin descanso
y hay azufre en las tazas donde debiera hervir la misericordia.
Es esbelta la sombra, es hermoso el abismo:
ten cuidado, hijo mío, con ciertas alas que rozan tu corazón.
_____________________________ Antonio Gamoneda
_____________________________ "Lápidas"
1 comentario:
Hola Jesús,
Qué bello poema nos traes de un maestro como Gamoneda.
Hay que releer y releer y descubrir en su interior ese gran mensaje:
ten cuidado, hijo mío, con ciertas alas que rozan tu corazón.
Hay alas de tantos tipos y colores, descubrir aquellas que nos ayudan a crecer es todo un reto.
Un abrazo semi-vacacional,
Estel J.
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