Las aves rapaces sonreían
_______________ ante los escaparates.
Caía su saliva sobre charcos de asfalto.
La nicotina les cegaba el deseo.
Los hijos de la pena
se abrochaban los insultos bajo el pantalón.
Los edificios dejaron de sudar.
Se cosieron bombas alrededor de sus cimientos.
Los abedules de la avenida cerraron sus persianas
ante el espanto de un nuevo día.
Tropezaban las margaritas en el proscenio
al saludar a la ovación monstruosa.
Y el conserje del dolor
mantuvo siempre la misma pregunta.
La pregunta que atormenta.
La pregunta que sofoca el fuego de la vida.
La pregunta que va derribando,
uno a uno, los pilares de la espera.
Todo esto pasó
la mañana del desahucio.
_________________________________ Jesús Ge
3 comentarios:
Jesús,
A veces es mejor no preguntar cuando una mañana te sobreviene el deshaucio.
Interesante poema.
Un abrazo,
Estel J.
http://trazandocaminos.blogspot.com/2008/08/erotika.html
Estel,
gracias por tus comentarios, que hacen que este blog se mantenga vivo en este estío tan largo.
un abrazo.
Leí en Dolmen, antes aquí.
Y para no dejar no huella,
en el límite del dolor,
Tu Viktor
P.D.: Edmon Jabes escribió:
"blanco, como un nombre dejado en blanco."
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