La poesía es lo más puro que poseo. Al contrario de lo que suele pensar la gente, no se escribe por inspiración en catarsis de malditez o arrobamientos místicos; la poesía se escribe, como decía Vallejo, con intensidad y altura.
Para el pragmatismo de nuestros días la poesía no tiene ninguna utilidad. Me parece bien que así sea. Pues, efectivamente, la poesía en ese sentido no sirve para nada. Pero en todos los otros ámbitos, es decir, en los ámbitos del humanismo, de la ética y la estética como percepción humana, la poesía cobra un sentido primordial: es la mención primera y última del lenguaje como correspondencia con lo innombrable.
Precisamente en su condición de gratuidad está su grandeza.
Trabajar con el lenguaje, y querer hacerlo desde más allá del lenguaje, no es poca cosa.
El objetivo de la poesía es lanzar dagas a los lectores y atravesarlos con flechas de fuego. Por eso cada vez me acerco más a los lenguajes expresionistas y disiento de los estetizantes: la poesía debe perturbar.
Rocío Silva-Santisteban
"Soda Cáustica: cinco poetas latinoamericanos"
Cuadernos Caudales de Poesía II
1 comentario:
"El objetivo de la poesía es lanzar dagas a los lectores y atravesarlos con flechas de fuego. Por eso cada vez me acerco más a los lenguajes expresionistas y disiento de los estetizantes: la poesía debe perturbar".
Lo más sorprendente y hermoso de la poesía es que a veces, contra toda probabilidad, consigue hacer sangrar las sienes...
Qué bueno que recuperes esos cuadernos Jesús...
Va un fuerte abrazo,
Arturo
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