A UBERTO STABILE
- Señor Cocteau, si alguna vez
se quemara el Museo del Louvre,
¿usted qué salvaría?
- El fuego.
Jean Cocteau
Conservaban
pequeñas llamaradas en sus dedos
devoraban el tiempo
bajo sus lenguas
sólo esperaban
luego perdían los hábitos
y lloraban
juntos.
Jesús Ge
3 comentarios:
genial, Jesús.
Efectivamente Jesús, era un Museo no una casa, pero mi sensación y perdidda de norte era que ardía la casa. Gracias por la aclaración y por el calor de tu poema. Un abrazo
me gusta mucho mucho
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