el mundo, sólo a contarlo.
A hacer de las palabras el nexo
entre personas que siguen creyendo
en superpoderes cotidianos.
No vinimos a sentar cátedra
-y sí, nos repetimos,
y decimos lo mismo
y lo decimos distinto-.
No vinimos a crear escuela
a) sólo a captar miradas
b) sólo a contar latidos
que no es poco.
A reproducirlos tipográficamente
o en lo que ha venido a llamarse
palabra hablada-spoken word,
jazz,
teatro on line,
hedonismo y hedonistas*
que cruzan abismos,
anclaje a nuestros sueños
-los mismos que perdemos
en mecanizaciones, actos reflejos-,
proyecciones,
ruidismo ecléctico-arte sonoro,
lutieres locos,
melodías,
recitales en bares,
miradas tristes,
guiños
y el brillo de los ojos de David**,
librerías que acogen clases
de educación física***,
miradas tontas, y amor, ¿por qué no?
No vinimos a contar cuentos,
sólo poesía.
Palabras que han sido unidas
y que las separará el hombre
como en un juego.
Las palabras siempre lo son
-siempre lo he dicho-,
jamás la vida.
Y hay que jugársela.
De ahí un festival tan raro
de poesía, y en su tercera edición (¡¿?!).
No me lo creo.
Alicia García Núñez
*Los Hedonistas son una compañía de teatro madrileña que cierra el festival el 1 de abril. Se caracteriza por la utilización de textos muy cuidados y directamente relacionados con la poesía.
**David González, poeta de San Andrés de los Tacones, Gijón, que participa en este festival.
***Referencia al poemario La educación física, Pablo Fidalgo Lareo, Ed. Pre-textos, 2010. También presente en esta edición.
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