No existía aún el concepto de música cuando el canto era ya sustancial forma de comunicación, rito o celebración en las más primitivas culturas. Más tarde nacieron los instrumentos, extensión del aliento, a imagen y semejanza de la voz, algunos de ellos.
Hoy, momento de tanto interés por hacer músicas sintetizadas a base de sofisticaciones, imitaciones y muestreos (samplings) de efectos y de instrumentos que no lo son, Flatus Vocis Trío, trinidad desdoblada, tres voces, tres gestos, tres pensamientos, en uno solo, sin prótesis electroacústica alguna, hace todo lo contrario. Ante el individualismo reinante, donde el más anodino artículo de mercado lleva la firma de su “artista”, Flatus Vocis Trío inventa a trío y descubre a medida que hace y a despecho de los que entienden la poesía o el arte como obra de uno solo y la música a “interpretar” como composición de otro, su autor, previamente depositada en una partitura. Para este Trío cuenta sobre todo el entrenamiento individual, la obra colectiva se trama y les sorprende después.
Flatus Vocis Trío no presume de descubrir algo nuevo, es más, en cierta medida vuelve “en-cantado” a las fuentes. No se olvide que la aparición de la escritura y más tarde de la imprenta condicionó sobremanera la forma de cantar y de hacer poesía, cambiando así mismo el curso de las artes.
Si revisamos la antigua salmodia búdica del canto Shõmyo, veremos cómo la recitación de cada sílaba se dilata enormemente, sin reparar en la comprensión del texto y a menudo, al igual que en el canto gregoriano, una sola sílaba da lugar al desarrollo de varias fórmulas melódicas. Por su parte el “CantuS” de la Alta Edad Media se caracterizaba por una salmodia en voz baja, casi inaudible y algunas variantes de este canto-murmullo se conservan aún en Irán e Irak.
Las obras de Flatus Vocis Trío ignoran con frecuencia las asociaciones lógicas y al igual que en la poesía clásica japonesa, una sintaxis muy laxa les permite pasar de una imagen a otra, jugando en torno al sentido o al sonido de una palabra, procediendo por alusiones y sin reparar en la comprensión del texto, en lugar de ofrecer mensajes inteligibles. La insistencia de Flatus Vocis Trío en la repetición de sílabas sin sentido aparente o en fórmulas asemánticas encuentra asimismo su rastro en antiquísimas tradiciones, algunas aún vigentes. Véanse:
- Las ininteligibles interjecciones del canto Nõ y de los gritos de maestros Zen.
- El yodel del Tirol o el de los pigmeos.
- Los gritos de caza y pesca de tantas culturas.
- Los irrinchis vasco-aragoneses.
- Los aturuxos gallegos.
- Las letanías y aleluyas.
- Las jergas de los almohidines.
- Los lamentos de las plañideras desde España hasta la India.
- El silbo gomero.
- Los “yu-yus” del mundo musulmán y africano.
- Los jaleos del flamenco y de otras tradiciones.
- Los yóguicos mantras.
- Las melopeas dionisiacas y los aquelarres.
- Las murgas herméticas de sabios y chamanes.
- Las sílabas del Alap en el Canto Dhrupad del Norte de la India.
- Las polifonías de los pigmeos de Centro África.
- El canto a dúo de los esquimales Inuit de Canadá y de los Ainu de Japón a base de proyectar la emisión vocal de uno en la boca del otro.
- Las “sílabas vacías” de la Ópera China.
- Los “Hyhy” egipcios, ya hallados en jeroglíficos faraónicos.
- Los impresionantes “Tjak tjak” a coro, que acompañan la danza de los monos “Ketjak” de Bali (Indonesia).
Y ¿por qué no? de los más recientes “badabada” o del “scat” o de la exaltación de la onomatopeya propia de los futuristas italianos y rusos. Flatus Vocis Trío rinde homenaje a Khlenikov, a Schwitters o a Roy Hart y tampoco olvida la aportación aislada de algunos compositores de los años sesenta y setenta.
La ininteligibilidad y abstracción de todas estas y aquellas manifestaciones jamás pusieron en duda su belleza, su funcionalidad, su carga de significados sintéticos y de conceptos, su musicalidad, su poesía ni su eficacia para apoyar juegos, ritos, recreos o tareas cotidianas y sobre todo para expresar emociones.
En el entorno empalabrado que nos ahoga oídos, gargantas y pensamientos; optar por “despalabrar” se le antoja a Flatus Vocis como algo vivo: retorcer, balbucear, gritar, agitar, roncar, tragar, inflar, vaciar, llorar, trabucar, estirar, repetir, acelerar, dilatar, descomponer y/o reconstruir léxicos, sintaxis, onomatopeyas y demás, adquiere para nosotros un sentido infinitamente mayor que el de un sesudo discurso. Otorgándoles un orden o aparente desorden, las “despalabras” y su baile de fonemas a trío, conforman un fino y elástico encaje musical y textual cargado de sentido…, si cabe.
Flatus Vocis Trío, recorriendo el corto camino que separa lo angelical de lo animal, despreocupado por marcar fronteras entre canto, habla y poesía, da la espalda a la tiranía de los cánones academicistas de belleza del canto y de la palabra, causa de la larga crisis que la vocalidad y poesía han sufrido. Exaltando la espontaneidad, la erótica vocal, la pulsión física y la reflexión, hace música hablada y/o poesía fonética. Valiéndose de lenguajes e infralenguajes, de improvisaciones y de estructuras prefijadas, sirve de motor para evidenciar contradicciones. Aceptarlas y desvelarlas a base de alterar códigos y desplazar significados, de recuperar lo perdido y recrearse en lo olvidado, de seleccionar lo adquirido y desechar lo rancio, puede contribuir a modificar formas de percepción, de escucha, de comunicación, de arte, de ignorancia y por supuesto de actitudes ante los designios de los que nos deseen uniformes, conformes ante la debacle.
Fátima Miranda
Agosto 1991
“Polipoesía. Primera antología”.
Sedicions. Barcelona.
* FLATUS VOCIS TRIO fue el grupo de poesía fonética formado por Bartolomé Ferrando, Llorenç Barber y Fátima Miranda.
Las primeras representaciones del grupo fonético poético Flatus Vocis Trio se llevaron a cabo en 1987, con la participación en festivales de música experimental en Valencia, París y Munich. Desde entonces el grupo ha presentado una gran cantidad de conciertos en varias ciudades de Europa y participado en muchos programas y festivales poéticos en los ochenta y noventa. El grupo realizó algunas grabaciones, incluyendo algunas en LP: Spagna, Messico, Italia, Grosso Modo. Las actividades creativas de Flatus Vocis Trio fueron descritas en algunos artículos de revistas musicales y experimentales incluyendo Kanal, Lotta Poetica y otras. Las últimas representaciones del grupo tuvieron lugar en Berlín en 1996. Actualmente los miembros del grupo participan en actividades como solistas. ("Homo Sonorus, Antología Internacional de Poesía Sonora")
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